El popular dirigente bético Gregorio Conejo sigue llevando a jugadores béticos a la Maestranza para alimentarles la afición. En este caso, el guardameta bético ya era aficionado y llegó a ejercer de forcado en algunas plazas portuguesas. Litri no faltó a su cita con la despedida de Sevilla de Pepín Liria. El que fuera presidente de la Maestranza, Francisco Teja, contento con el regreso de las divisas a los toros. César Girón, satisfecho pero no contento tras lidiar la de Cebada Gago.
Francisco Mateos.- La corrida de Victorino Martín, que por la mañana había colocado en el sorteo en los corrales de la plaza el primer lleno, colgó de las taquillas de la plaza un segundo lleno antes de empezar la corrida. Tremenda la expectación por ver a los toros de Victorino Martín, triunfadores en la Real Maestranza. No se quiso perder esta corrida -bueno, esta ni ninguna-, el popular dirigente bético Gregorio Conejo, que sigue con su costumbre de hace años de llevar a los toros a jugadores béticos. Ahí quedan para el recuerdo los lances de Joaquín en pleno césped con un capote de Rivera Ordóñez, o la conocida afición del recordado Alfonso Pérez Muñoz. Aunque, por su singularidad, todos recordamos la imagen del morenito Finidi en plena barrera de sombra de la Maestranza hace pocos años. En esta ocasión, Gregorio Conejo llegó acompañado de uno de los fichajes de la temporada: el portero bético Ricardo. El guardameta verdiblanco habló con sevillataurina.es y desveló un secreto: ejerció como forcado en su patria portuguesa. "De eso hace ya unos 12 años, cuando era más jovencito, allí en mi país, en Portugal. Como sabes, allí los toros no se matan cara al público y los espectáculos más numerosos son de rejoneadores, sin estar en puntas los cuernos, y por eso el espectáculo de forcado tiene un gran arraigo en Portugal". Ricardo preferiría, en cambio, "la lidia de la corrida a la española, con todos los tercios. Yo no soy muy entendido, pero me gusta este mundo y me gusta ver buenas faenas". Cerca de ambos se encontraba Francisco Rubio, gerente de la Real Maestranza. Rubio se lamentaba de "el escaso juego de los toros en los tres días seguidos que llevamos. Y me sorprende mucho más que puedan salir corridas tan escasas de juego de tres hierros de reconocido prestigio. A ver si esta tarde El Cid no vuelve a 'resucitar' del aburrimiento, como hizo el Domingo de Resurrección precisamente", en referencia a la primera oreja cortada en la temporada sevillana por el espada de Salteras. Pues justo acbábamos de hablar con el gerente de la Real Institución cuando nos topamos de frente con el padre del torero referido, Manuel Cid, padre del saltereño, que llegaba a los toros acompañado de su buen amigo el ganadero Antonio Tornay. Manuel Cid, al que se le notaba intranquilo, aseguraba que "Manuel Jesús viene hoy a por todas. Me da miedo de lo responsbilizado que viene. Le he dicho que está apretando demasiado todas las tardes, pero es un torero que es de esa condición, de ir a por todas en cada corrida, y no es de los que se reservan para la próxima". Diez minutos antes del comienzo del festejo llegaba un conocido amigo, el que fuera presidente de la plaza Francisco Teja, alejado del palco presidencial maestrante desde hace dos temporadas. Teja llegaba acompañado de su compañero Manolo Calleja, segundo jefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana. Nos contaba que está en la comisaría de San Juan de Aznalfarache en temas profesionales, "pero hoy a lo que vengo es a ver a los toros de Victorino Martín, que siempre son espectáculo. De todos modos, el año pasado, con la gran faena de El Cid al toro 'Borgoñés' se llegó a un binomio tan perfecto toro-torero que no sé realmente quién de los dos era mejor". Paco Teja se despedía amigablemente de nosotros, no sin antes mostrar su alegría "por haber recuperado que las divisas luzcan en los toros al salir por chiqueros. Suprimirlos fue una auténtica tontería que no se podía permitir en una plaza de la importancia de Sevilla". El diestro onubense Miguel Báez 'Litri' llegaba sobre la hora casi justa del paseíllo. "Aquí vengo a ver a mis tres compañeros, que son además grandes amigos míos los tres. ¿Los toros? Hombre, también, pero sobre todo a ver estos tres toreros y a acompañar a Pepín Liria en el día de su adiós de Sevilla, que espero sea muy bonito". Litri reconocía que "me gusta este ambiente, me hace recordar muchas cosas… ¿Nostalgia del vestido de luces? No, no… Algún festivalito de vez en cuando, sí… Pero lo de torear de luces se acabó para siempre", argumentaba convencido el torero. También llegaba a la corrida el sevillano César Girón, tras su destacada actuación en la mala corrida de Cebada Gago. "Estoy satisfecho de mi actuación, pero no contento. El sexto toro fue bueno y estaría más contento si le hubiera cortado la oreja. Necesito mucho un triunfo importante. Espero que las formas que demostré y el rodaje de la temporada me abran más puertas además de la de Sevilla".
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