La corrida de Palha hizo diferenciar a los toreros. El Fundi, que bien podría estar ya retirado del toreo con una hoja de servicio intachable, dio un ejemplo de vergüenza torera. Poco le duró la bien ganada oreja, lanzándola a un amigo. Luis Bolívar apenas se hizo notar en la tarde. Y de Jesuli de Torrecera se estaba más pendiente de sus algodones en la boca para estudiar su «estrés» que de su muy discreta tarde.