El torero de Mairena del Aljarafe destaca que en su casa se viven estas fechas muy intensamente y de una forma «muy torera». Además, el joven torero describió las sensaciones tan emotivas que sintió cuando el año pasado encarnó al Rey Gaspar en la Cabalgata de Reyes Magos de su pueblo, «una sensación única».
Francisco Mateos.- El matador de toros Salvador Cortés ha participado en la tradicional Tertulia de Navidad del distrito Nervión de Sevilla, que cumople su XV edición. Se trata de un encuentro entre distintas personalidades de diversos ámbitos de Sevilla que cuentan cómo es su Navidad y cómo la viven. Además, se contó con el Coro Rociero de Sevilla-Este que amenizó la tarde con varios villancicos flamencos. El diestro sevillano recordó sus momentos navideños de pequeño, con la ilusión que la vivía en una casa de cuatro hermanos. Una Navidad "muy torera", como reconoce Cortés, "porque mi familia es de toreros. Además, yo creo que una profesión de alto riesgo como la de torero o banderillero hace que la Navidad se viva de una forma más intensa, más emocionante, porque está toda la familia reunida. La vida del torero en plena temporada está llena de viajes y hay veces que en un mes de julio o agosto apenas duermes en casa dos o tres días. A ello hay que sumarle la alegría de estar vivo, porque la profesión de torero es jugar siempre con el máximo riesgo. Por eso en casa estos días se viven de una forma muy especial". El torero de Mairena del Aljarafe quiso describir también lo importante y especial que fue para él formar parte el año pasado en su pueblo de la Cabalgata de Reyes Magos, encarnando al Rey Gaspar. "Fue una sorpresa cuando me llamo el alcalde de Mairena del Aljarafe y me propuso ser Rey Mago. Me hizo mucha ilusión y me recordó lo que yo vivía de pequeño en el recorrido de la Cabalgata de Reyes Magos. Todo fue muy especial y lo viví con impaciencia. Después, en el recorrido, con todos esos niños gritándote entusiasmados, llenos de magia y de ilusiones… Es una sensación tan plena de felicidad que todos deberíamos de sentirla. Es algo muy bonito y único. No hay nada comparado con la ilusión y la sonrisa de un niño pequeño". Salvador Cortés contó también alguna anécdota de su experiencia como Rey Mago. "Como hacía mucho frío, pues pensé que lo mejor era vestirme de Rey Mago pero con el pijama debajo, y eso fue lo que hice, pero nada más salir, como intentaba ser el que más caramelos lanzaba, pues comenzó a entrarme un calor imprsionante. Como pude me desprendí de la capa y algunas cosas más. Y también recuerdo que debí de quemar mucha azúcar del esfuerzo, porque por la noche no paraba de comer. Y eso que, aunque todos me decían que dosificara las fuerzas, porque se cansa uno mucho, cuando acabé hubiera empezado de nuevo, nada de cansado".
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