Manuel Roca de Togores ha fallecido a los sesenta años. Tras una misa en la Iglesia de la Caridad ha sido enterrado hoy sábado. Roca de Togores estaba siendo tratado en los últimos años de un cáncer. Bajo sus cinco años como máximo representante de la noble institución sevillana (1999-2005) se logró un mayor acercamiento con la sociedad y siempre se caracterizó por su cercanía y sentido aperturista, lo que le valió para sentirse reconocido por profesionales y aficionados taurinos.
Redacción.- Manuel Roca de Togores, conde de Luna y que fuera teniente de hermano mayor de la Real Maestranza de Sevilla, ha fallecido en la capital sevillana. Su entierro ha tenido lugar hoy, sábado 1 de diciembre, tras celebrarse una misa en la Iglesia de la Caridad de la capital hispalense. El conde de Luna estaba aquejado de un cáncer del que estaba siendo tratado en los últimos años. Su fallecimiento ha tenido lugar a los sesenta años. Roca de Togores fue nombrado en 1994 archivero de la Real Maestranza. Cinco años después, en 1999, fue elegido teniente de hermano mayor, sustituyendo a Tulio O´Neill. En 2005 dejó el máximo cargo en la Junta de Gobierno, con signos evidentes ya de la cruel enfermedad que atrevesaba. Su sustituto como máximo responsable de la noble institución sevillana lo ocupó y sigue ocupando quien ejercía de Secretario bajo su mandato, Alfonso Guajardo-Fajardo y Alarcón, que sigue con la línea de cercanía y aperturismo de Manuel Roca. Bajo su mandato, y tras el periodo de cinco años de Tulio O'Neill, marqués de Caltójar (1994-1999), Manuel Roca destacó por continuar con la línea sensiblemente aperturista y más cercana a la realidad que ya iniciara en su momento el conde Peñaflor. Reformó la biblioteca de la Maestranza y fue uno de los impulsores del monumento a Doña María de las Mercedes, que está pendiente de instalarse definitivamente en la entrada a la casa de la Real Maestranza. Su presencia en actos taurinos fue constante y su mayor conexión con los aficionados y profesionales taurinos, con un talante cercano y muy dialogante, le hizo merecedor de grandes avances en el conocimiento de la labor de la Maestranza y el reconocimiento unánime de todos. El conde de Luna potenció el patrimonio de la institución adquiriendo colecciones importantes y designando a reconocidos pintores nacionales e internacionales como cartelistas de la temporada taurina en la Real Maestranza, varios de ellos en una línea nada clásica y alineados en la vanguardia de la pintura.
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