Antonio Nazaré lo borda
Real Maestranza – Novillada con picadores, Domingo 7 de Octubre de 2007
El torero de Dos Hermanas corta la única oreja del festejo tras una faena profunda, con temple y empaque al cuarto novillo de Marqués de Domecq. Miguel Ángel Delgado dejá muestra de su calidad y es premiado con una vuelta al ruedo. José Carlos Venegas, con el peor lote, fue ovacionado.
Manuel Viera.- Antonio Nazaré se abrió de capa con un templado y elegante toreo a la verónica al cuarto, un noble animal con algo más de calidad en sus largas embestidas que los restantes de la descastada novillada del Marqués de Domecq, para de inmediato emocionar al público con una media de auténtico lujo. Después, hizo durante la faena a este su segundo novillo todo un encaje de bolillos desde que prologó citando desde la larga distancia con la muleta plegada, para seguir con todo tipo de pases diestros que se ensamblaban como por arte de magia con un temple, un empaque y una profundidad como pocas veces se ve en el ruedo de una plaza de toros. Muletazos en redondos de mana baja, de excepcional trazo, y pases de pecho con una expresión desgarradora. Emoción. Nada más y nada menos que la emoción del toreo fue la que provocó Nazaré a toda la plaza tras los bellos adornos de trinchera y el soberbio kikirikí. El trasteo, que firmó Nazaré con una impecable estocada, se caracterizó por la limpieza encomiable de los muletazos diestros, hilvanados en armonía sin concesiones para construir una faena de serena elegancia, profunda, emotiva y con mucho olor a Sevilla, premiada al final con una oreja ganada a ley. El toreo que le pudo realizar el diestro nazareno al primer novillo de la tarde careció de la necesaria ligazón. Nazaré dejó la demostración de su buen gusto en sueltos y despaciosos muletazos trazados con ambas manos. Tres naturales resultaron excepcionales… mas se paró por completo el manso animal y todo se acabó. No hubo más. En los inicios de faena al noble aunque débil tercero ya se apreció la gran disposición de un inspiradísimo Miguel Ángel Delgado. El resultado, pese al largo metraje, no se hizo esperar: la verdadera sinceridad con la izquierda alcanzó la mejor nota del intermitente trasteo. El natural profundo, de infinito trazo y lento ritmo, causó el estremecimiento propio de la verdadera inspiración. Fue faena de altibajos, pero con momentos de toreo intenso y valor sereno. El astigitano, que meció la capa con acompasado ritmo, no pudo subir nota en un trasteo marcado por la noble sosería del novillo del Marqués de Domecq. La media estocada motivó a su gente que, enloquecidas, pedían la oreja del desrazado animal para su torero. Con buen criterio, la presidenta la negó. Y motivado también, Delgado, le puso temple a los lances para recibir al sexto, al que le ofreció la muleta en la izquierda para hilvanar tres buenos naturales trazados con lentitud y cadencia, y que supieron a poco. La segunda tanda zurda no fue igual, y al rematar con el de pecho fue volteado de mala manera aunque sin consecuencias. El manso se fue a tablas y no hubo manera de sacarlo de allí. Una pena. Mató mal y fue ovacionado. José Carlos Venegas demostró disposición con los peores utreros de la tarde. Al descastado segundo lo toreó despacio pero con demasiada intermitencia. Tantos los muletazos a derecha como a izquierda fueron dibujados con gusto y buen pulso. Lo intentó todo, pero no consiguió casi nada. Tras la estocada al segundo fue ovacionado. Y no se pronunció el poco público que ocupó los tendidos de la Maestranza tras la larga y desesperada porfía con el también parado quinto por sacarle dos muletazos hilvanados.
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Francisco Mateos.- Se me antoja escaso premio el de una oreja para un novillero sevillano que ha toreado con sentido profundo de los muletazos. Para quien apenas lleva once novilladas y está para tomar la alternativa. Se me antoja escaso premio para un torero, Antonio Nazaré, que es capaz de aunar valor y gusto sevillano, de rozarse los muslos con los pitones que igual recoge la muleta con el cartucho de 'pescao' para colocarse de frente y, a novillo arrancado, lanzarle los vuelos de la muleta al hocico y templar en un natural. Para quien ha recetado una estocada cobrada a ley a la primera. Se me antoja escasa la oreja. Quizás par de filas más alto que yo -lugar que ocupa la presidenta del festejo- tenga mejor visión del ruedo. Quizás. Pero se me antoja que el peso de la cicatería presidencial de quien apenas mantiene un criterio uniforme en sus pocas actuaciones en el palco no venía al caso hoy. Tarde extraña en la que se aliaron la severidad presidencial con la tacañería musical de la banda. Es curioso que precisamente hace unos días, en este mismo medio, nuestro colaborador Álvaro Pastor dejara su opinión precisamente de lo contrario, de lo generoso y alegre de las decisiones de la presidenta y la música (ver opinión) Hoy han querido ponerse, inoportunamente, más que rigurosos. También se me antoja escasa la recompensa para la empresa, que ha realizado una buena programación de septiembre con esas tres novilladas interesantes (sólo faltó dejar fuera el hierro de Rocío de la Cámara, sin garantías de juego). El público no ha respondido esta tarde a esa especie de final, con apenas un cuarto de plaza para ver a los tres mejores de septiembre. Han hecho bien los empresarios en trasladar la novillada de agosto a este principio de octubre, aunque la recompensa no haya llegado. Todo llegará. Quizás el anuncio de la retransmisión del festejo por televisión y la coincidencia horaria con el fútbol fueron cierto lastre. Pero este sí es el camino y la recompensa ha de llegar. |
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