Miguel Ángel Delgado, inspirado y dispuesto, corta una oreja
Real Maestranza – Novillada con picadores, Domingo 23 de Septiembre de 2007
El joven novillero astigitano sorprende por la madurez de sus formas. Toreó con gusto al manejable primero y se mostró valiente y decidido con el manso último. Pepe Moral se estrella con el peor lote de novillos de Peralta. A Oliva Soto, con chispazos de clase, le faltó reposo.
Manuel Viera.- Con el denominador común de un temple de privilegio, Miguel Ángel Delgado reunió en la faena al tercero los mejores momentos de la tarde con sus emotivas formas. Si los ceñidos y despaciosos, aunque escasos, naturales resumieron con elocuencia lo mucho y bien que el ecijano siente el toreo con la zurda, los muletazos diestros fueron ejemplo de una verdad ausente, por desgracia, muchas tardes en los ruedos. Notable versión del toreo en redondo con la efervescencia rítmica de un trazo largo, lento, ajustado y por tanto emotivo. Valor y pureza en el toreo de Delgado que no alcanzó mayores cotas debido a la escasa calidad de las embestidas de sus novillos. El joven torero de Écija, con toda una legión de paisanos que le siguen y le aclaman sin cesar, manejó la capa con gusto en su primer novillo, apreciándosele después en los inicios de faena su gran disposición y su inspiradísimo toreo. El resultado, pese a la intermitencia del trasteo, no se hizo esperar: casi locura colectiva en los tendidos por la belleza de un toreo hecho con verdadero sentimiento y con notable profundidad. Pinchó antes de dejar la estocada, paseando una oreja ante el delirio de sus gentes. No hubo forma de redondear la tarde con el sexto, manso y huidizo, al que Delgado le echó valor y ganas hasta conseguir algún que otro emotivo pase suelto pese, también, a los peligrosos parones y desconcertantes embestidas del utrero. Al igual que en su primero, un pinchazo precedió a la estocada. No hubo un solo segundo, desde que Oliva Soto inició los primeros muletazos por bajo con los que prologó faena al segundo novillo hasta la última trinchera del intermitente trasteo, en el que no se dejara sentir el buen gusto de sus formas preciositas. Porque siendo cierto que hubo escasos momentos de intensidad en los intentos de faena, también hubo otros en los que el sevillano de Camas desmenuzó ramalazos significativos de una tauromaquia distinta y que apasiona. Así, con sólo una tanda de muletazos diestros y un par de naturales de nota, y tras dejar medio espadazo precedido de pinchazo, el camero creyó justo pasear el anillo de la plaza. Al brusco y complicado quinto le puso Oliva Soto voluntad y ganas pero ¡ay!, según trascurrió el trasteo el asunto empezó a mostrar unas formas inseguras que por momentos rozaban lo insulso y lo banal de unos muletazos despegados y demasiados enganchados. Tras media estocada fue ovacionado. Pepe Moral ha sido, y es, una de las últimas y extraordinarias sorpresas que hemos tenido en la temporada. En efecto, pocos jóvenes toreros poseen más fuerza y mayor capacidad de transmisión que este principiante a figura. El toreo de Moral fue esta tarde en la Maestranza pasión, ganas y valor, mucho valor, lo único que pudo demostrar -salvó los acompasados lances de capa- con un mal lote de novillos, descastados y parados, sin la mínima opción para hacer el toreo. Muy por encima anduvo del mal juego del primero, y se la jugó sin cuento en un arrimón de órdago con el 'mulo' cuarto. A ambos los cazó de dos buenas estocadas. Con la que finiquitó su segundo, por sí sola, valía la vuelta al ruedo. No fue buena la novillada de Peralta. Ni uno sólo de los novillos rompió con calidad en sus embestidas. Su mal juego condicionó el interesante festejo dejando sin opciones a un Pepe Moral al que se le resiste Sevilla. Nazaré, Venegas y Delgado han ganado con justicia la repetición en esta plaza el próximo día 7 de octubre.
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VER GALERIA COMPLETA | VOLVER A TEMPORADA Los novillos «hippies» Admirado Paco Rabal: Esta semana he buscado un poquito de tiempo y me he dilapidado tu serie completa de Juncal al completo. No me canso de verla. Eres más torero en esa ficción que algunos de los de verdad; al menos en la calle. Tu serie me enganchó y cuando la acabé tiré del DVD 'Belmonte', con Achero Mañas en el papel del 'Pasmo de Triana'. Viendo estas dos películas y lo que ocurre en el toreo actual está claro que las cosas ya no son lo que eran. Antes, en esas épocas que se reflejan en vuestras películas, se cuidaba el más mínimo detalle. Hoy en la Maestranza, en tu Maestranza, Juncal, la que te recordaba en esas entrañables exageraciones que tanto te gustaban tu fiel Búfalo, los novillos han vuelto a salir al ruedo sin divisa. No me acostumbro a verlos sin divisa en esta plaza. Es como si salieran 'desnudos'. Es uno de esos detalles que alguien como tú no dejaría pasar, Juncal. Y además de 'desnudos' han salido con pendientes. Sí, con pendientes, como si de 'novillos hippies' se trataran, con un horroroso crotal colgando de la oreja, o de las dos. Novillos desnudos y con pendientes… Lo que cambian las cosas, Juncal. Tu ves salir un toro así en la Maestranza vestido de luces y te niegas a torearlo hasta que no salga 'presentable'. Tenías clase para eso y para más. Y no me quiero parar en otros detalles, como esos turistas que cada vez entran más en masa a la Maestranza sin idea de toros pero que se manifiestan sin pudor por impulsos a destiempos y siembran a veces el desconcierto. Ni los muchos 'pinganillos' que cuelgan de los oídos, más pendientes del fútbol que del ruedo. O de señores como el destinatario del brindis de Oliva Soto en el quinto, que ya tiene guasa que le brinde uno el novillo con el que se va a jugar la vida y el buen señor, al recibir la montera, lo único que se le ocurre es calársela en la cabeza. Impresentable. De todos modos, Juncal, pese al caos reinante, hoy quiero soñar como tu hacías, aunque sean sueños exagerados, con lo positivo, con lo bonito. Como el atasco de autobuses en el < m>Paseo de Colón con seguidores de los tres toreros; Miguel Ángel Delgado también ganó en este terreno: 14 autocares desde Écija. O la raza de Pepe Moral, con un sincero arrimón en su segundo ante la mala fortuna de un lote imposible. O el detalle de Delgado de cruzar medio ruedo con la montera calada en el sexto y quitársela justo cuando estaba frente al destinatario de su brindis. Detalles que, al igual que hacías tú, Juncal, me inspiren la confianza necesaria para seguir soñando con un toreo auténtico. |
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