La madurez de Juan Contreras y la fibra de Pérez Mota
El Castillo de las Guardas – Corrida de toros de Feria, Viernes 10 de Agosto de 2007
Los dos hermanos y toreros gaditanos salieron a hombros junto al sevillano Daniel Luque, que dejó una buena faena en el quinto astado de Manuel Ángel Millares. Corrida mansita y escasa de raza, aunque no puso serias dificultades a los toreros.
Francisco Mateos.- Asistir a una corrida de toros a la plaza de El Castillo de las Guardas es otra cosa. Una auténtica gozada. Otra filosofía de la Fiesta. Es una delicia ir a esta placita en este pueblo sevillano encajado en plena sierra, en lo alto de una loma, con una plaza de piedra que ha sabido resistir el paso del tiempo y combatir las modas. Una placita agarrada con sus raíces a una ladera que obliga sólo a tener medio tendido accesible, que incluso esa ladera provoca que el ruedo tenga hasta una ligera inclinación. Y en tan especial marco, tres espadas jóvenes que lo tienen todo por ganar, matadores de la última hornada y esperanzas del toreo sevillano y gaditano. Juan Contreras se encuentra en un momento excelente. Está en ese proceso de madurez técnica y artística que provoca que los taurinos rumoreen por lo bajini diciendo "como a éste le embista uno en una plaza de importancia le da la vuelta a su carrera". Su primero fue noble por el pitón derecho, pero por el izquierdo, aunque lo intentó, no pasaba. La faena cimentada con la diestra tuvo temple, gusto y mucho reposo, con las zapatillas muy asentadas. Al final, hasta logró arrancar unos naturales sueltos y muy largos, de gran mérito. Una gran estocada rubricó una faena muy maciza. El cuarto, violento y complicado, puso a prueba al gaditano de El Bosque, que respondió con su técnica en una faena de sometimiento que iba para otras dos orejas pero que las perdió con el descabello. También hizo el paseíllo el hermano de Juan Contreras, Manuel, anunciado como Pérez Mota en los carteles. Apenas un par de semanas después de su triunfal alternativa en Santander, en El Castillo se vio la garra del 'novillero' Pérez Mota mezclada con la 'elegancia' el nuevo doctor en tauromaquia. Su primero, manso y con pocas fuerzas, no le dio ninguna facilidad. No se dio por vencido el gaditano y lo fue sometiendo en los medios a media altura hasta lograr hipnotizarlo con su muleta y firmar buenas series con la diestra. Con la espada agarró una buena estocada tras un pinchazo. Lo mejor vendría en el sexto, un toro que tuvo transmisión y ahí salió la fibra de Pérez Mota para crecerse con este animal en una faena que siempre fue a más. Ya con el capote se gustó en los lances. Muleta en mano, las tandas por la derecha tuvieron compás y temple, muy ligado todo y abrochando perfectamente con los de pecho. Quizás fue la faena que más hizo vibrar a los tendidos junto con la primera de Juan Contreras. Tras pinchazo y estocada cortó dos orejas más. Al sevillano Daniel Luque no le hizo gracia su primero. Cierto es que era un manso de libro, sin fuerzas, rajado y acobardado en las tablas, pero también es cierto que con recursos y ante un público muy agradecido, amén de la buena estocada que le recetó, podría haber cortado un trofeo si él mismo se hubiera convencido y no mosrara tan ostensiblemente con sus giros de cabeza que no le gustaba el toro. Se desquitó en el quinto, que aunque fue noble estaba justo de fuerzas. Ahí sí salió el Daniel Luque con una calidad notable en su toreo. Muletazos de gusto, con remates airosos y el sello de la calidad en todo cuanto hizo. Cortó dos orejas y al final los tres toreros salieron a hombros.
|
||||||