Pérez Mota, Miguel Ángel Delgado y Juan Mari Rodríguez, a hombros
Cantillana – Novillada de Feria, Viernes 8 de Junio de 2007
Pérez Mota cuajó una excelente faena a su primero. El sevillano Delgado destapó su calidad en un bellísimo trasteo al quinto. El local Juan Mari Rodríguez fue todo voluntad y entrega. Manejables utreros de Villalobillos.
Francisco Mateos.- Interesante la novillada programada por la empresa sevillana Toreromaquia en la plaza de toros de Cantillana. El ganado elegido, del hierro de Villalobillos, ofreció un buen juego y tuvo una más que buena presentación. Con material manejable los tres novilleros pudieron demostrar sus cualidades. Pérez Mota está sobrado con los novillos; anda 'a gorrazos' con ellos. El gaditano está más que preparado para su próxima alternativa y le vendrá bien el toro con más cuajo y volumen. El líder del escalafón de novilleros la temporada pasada lidió en primer lugar un buen novillo. Tenía clase en su embestida y eso lo aprovechó el torero a la perfección. Con el capote cuajó excelentes lances. Tanto le gustaba el novillo que el comienzo de la faena fue de clamor. Enormes los muletazos, llenos de gusto, vaciándolos por arriba, un torero embriagado de arte y lentitud. La faena tuvo siempre cadencia, temple y suavidad. Los naturales fueron limpios y largos. No paraba de sonreir Pérez Mota de lo a gusto que estaba. El epílogo también fue de auténtica orfebrería. Muletazos llenos de sabor. Metió la espada pero tardó en caer y tuvo que usar el descabello; de ahí que el premio quedara en una oreja. Otra más le cortó al cuarto, gustándose en esta ocasión por el lado derecho. También en esta ocasión perdió la segunda oreja al tener que entrar hasta tres veces para agarrar una buena estocada. El sevillano Miguel Ángel Delgado sigue atesorando esa calidad en su toreo que se le adivinaba de becerrista, todo un niño-torero. Mantiene aún con su juventud exultante, aunque madurando rapidamente, y eso se traduce en un mayor aplomo en el ruedo. Al primero le cortó una oreja a base de exponerle y aguantarle porque se rajó muy pronto. El torero lo hizo todo. Dos orejas más le cortó al quinto, que sí le sirvió bastante más. Faena de gusto, muy centrado el torero, con excelentes momentos toreando con la derecha. Lo mejor, de todos modos, vino en el final del trasteo, en los remates por bajo, auténticos cartelazos de toros los del sevillano. El local Juan Mari Rodríguez de nuevo derrochó pundonor. Con enorme entrega se fajó con sus utreros, más a gusto en el tercero que en el sexto, que fue complicado. Con un sentido muy estético y personal del toreo, estuvo siempre alentado por sus paisanos y él correspondió con buenos momentos y decisión con la espada.
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