El rejoneador sevillano Ángel Peralta ha fallecido en su residencia en Rancho ‘El Rocío’ la pasada madrugada, tras haber estado ingresado días atrás en un hiospital sevillano. Un fallo multiorgánico ha provocado el óbito. Contaba con 93 años y ha sido un gran innovador en el rejoneo.
Redacción.-
El rejoneador sevillano Ángel Peralta ha fallecido la pasada madrugada en su residencia de Rancho ‘El Rocío’, en Las Puebla del Río (Sevilla). Aunque su estado de salud estaba muy desmejorado por sus 93 años (hace unos días estuvo ingresado), el óbito se ha producido de forma repentina debido a una acusada bajada de su ritmo cardiaco que ha provocado un fallo multiorgánico.
La capilla ardiente con el cuerpo del ganadero y rejoneador sevillano quedará instalada hoy sábado en su Rancho ‘El Rocío’. Mañana domingo, a las 16:00 horas tendrá la misa funeral en la parroquia de La Granada de La Puebla del Río, tras la que será enterrado en el cementerio de La Puebla del Río.
BIOGRAFÍA
Ángel Peralta nació en una buena familia campera. Se crió desde niño entre caballos y reses bravas, disponiendo de amplias dehesas en las que pudo foguearse tan pronto como sintió su prematura afición a los toros. Con 17 años debutó en la pequeña plaza sevillana de La Pañoleta. Este precoz debut, que tuvo lugar el día 21 de febrero de 1943, tuvo una segunda edición en dicho coso dos años más tarde, el 19 de febrero de 1945; a partir de esta fecha, Ángel Peralta inició en firme una seria trayectoria como rejoneador que le llevó, al cabo de tres años, a la plaza Monumental de Las Ventas (Madrid). Fue el 19 de abril de 1948, con toros de Molero. Completaban el cartel de aquella tarde tres toreros de a pie, que se enfrentaron a un encierro del hierro de doña María Sánchez Muriel: el toledano Morenito de Talavera Chico, Rafael Yagüe y el sevillano Antonio Chaves Flores.
Desde aquel día, Ángel Peralta ha ocupado los puestos cimeros del escalafón de caballeros rejoneadores, sin dejar de encabezarlo en ninguna temporada, ya sea por el número de festejos lidiados, ya por el arte y el oficio derrochado en cada una de sus intervenciones. Se trata de una de las figuras indiscutibles del toreo del siglo XX, como lo prueban la intensidad de su larguísima carrera taurina y el sinfín de novedades que ha aportado a la lidia ecuestre. Sus triunfos durante una larga trayectoria de 55 años hasta los finales de los ochenta, perfilan un denso palmarés de triunfos. Memorable su actuación el plaza de la Real Maestranza de Sevilla en el transcurso de la Feria de Abril de 1979: con 53 años se llevó el trofeo que le reconocía como el máximo triunfador de aquel año.
A pesar de que sufrió varios percances de seria consideración (como una lesión en el brazo que arrastró durante muchos años, y que le obligó a cortar la temporada de 1967), Ángel Peralta consiguió estar en activo hasta cerca de los sesenta y cinco años de edad. En la temporada de 1985 sumó hasta 73 festejos, y 47 en la de 1986, en la que cumplió 60 años.
El 19 de mayo de 1990, cuando lidiaba reses pertenecientes a su propia divisa en la granadina población de La Zubia, fue derribado del caballo y aplastado en la caída por su propia montura, lo que le produjo lesiones de mucha gravedad. A partir de entonces sólo volvió a rejonear en festivales y festejos menores.
Entre las aportaciones con que Ángel Peralta ha enriquecido el noble rejoneo: fue el primero en clavar banderillas por el lado izquierdo, en poner banderillas cortas a dos manos y en dejar el caballo suelto a la hora de acudir al embroque. También inventó la ‘suerte de la rosa’, el poner un par de banderillas cambiado por la espalda, el arrodillar al caballo para citar andando al toro, el obligar a la montura a dar un salto para clavar justo en el momento de la caída, el hacer la pirueta inversa al galope en la cara del toro, el obligar al toro que cambie de mano, moviendo en zigzag el caballo,…
También ha sido agricultor, poeta, apoderado,… Ha tenido innumerables reconocimientos, destacando la Medalla a las Bellas Artes, concedido en el año 2013.
