LA TRONERA

¿Quién es el más caro en Sevilla?

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El teniente de hermano mayor de la Maestranza, Javier Benjumea, y el empresario del coso, Eduardo Canorea. (FOTO: Paco Díaz)
El teniente de hermano mayor de la Maestranza, Javier Benjumea, y el empresario del coso, Eduardo Canorea. (FOTO: Paco Díaz)

«…los maestrantes no hicieron nada durante 365 días y no harán nada este año. Asistimos a una dejación absurda, paradójica y perversa sin precedentes que consiste en que, por prurito de ser propietarios, les da igual lo que pase en su propiedad. Y lo es aún a costa de que la imagen de cemento de su plaza, sea el hazmerreir de los antitaurinos, los gozos de Podemos, las risas de todos los que quieren terminar con la Fiesta…»

     Cualquier empresario de una plaza de propiedad pública o privada, que no llegara a un acuerdo con Manzanares, Morante, Juli, Perera, Talavante, posiblemente tendría que dejar la plaza. Pero si se quedaran, por causalidades de estos tiempos, y al año siguiente, de nuevo, no pudieran llegar a un acuerdo con Morante, Juli, Perera y Talavante, una de dos: o se quedaban porque la plaza era suya, o se iban. Ejemplo: si Pablo y Óscar Chopera no los anunciaran dos años seguidos, no continuarían en Bilbao; y si Uranga hace tres cuartos de lo mismo en Madrid, la Comunidad de Madrid lo manda a San Sebastián.

     Podemos debatir sobre las maldades históricamente perversas de las figuras, que, como todo el mundo conoce, susurraron al oído de ‘Islero’ la forma de atrapar a Manolete, según cuenta un testigo presencial. Aún con esa maldad apocalíptica, si el público los admite como tales, un empresario los tiene que contratar. El cómo es su profesión, no la nuestra ni la del público. Su profesión y su trabajo es que no falten. Una vez, puede ser caso excepcional. Dos es incapacidad. Pero a la empresa Pagés no le va a pasar lo que le pasaría Uranga en Madrid o a Choperas en Bilbao. ¿Por qué?

     Porque los propietarios del coso, maestrantes de la Maestranza no hicieron nada el año pasado, no hicieron nada durante 365 días y no harán nada este año. Asistimos a una dejación absurda, paradójica y perversa sin precedentes que consiste en que, por prurito de ser propietarios, les da igual lo que pase en su propiedad. Es más importante el continente que el contenido. Y lo es aún a costa de que la imagen de cemento de su plaza, sea el hazmerreir de los antitaurinos, los gozos de Podemos, las risas de todos los que quieren terminar con la Fiesta. Ni siquiera han tenido a bien buscar un mediador ante un problema enquistado que, si no cambia, se volverá a repetir.

     Hay una acusación casi criminalizada sobre los honorarios de las figuras. Asunto que este medio ha admitido y demandado a los mismos que adopten responsabilidades del viejo y válido axioma: tanto generas, tanto cobras. Por tanto, vamos a seguir este mismo argumento para desnudar definitivamente algo que, en el caso de Sevilla, no sólo es una mentira, sino una demagogia y la cortina de humo que trata de camuflar la realidad.

     ¿Qué figura ha sido la que más ha facturado en Sevilla en los últimos 50 años? ¿El Cordobés, Ponce, El Juli, Morante? No. La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Señor Ramón Valencia: las figuras del toreo más caras de Sevilla son los maestrantes. A ver cuándo los menciona usted. ¿Pues no dicen que las figuras cobran mucho? Pues la gran figura de Sevilla es la propiedad de coso. Que sepa el público a quién van a parar sus euros cada vez que paga el precio de una entrada.

     Dejemos de mentir al público y de cargar las tintas económicas contra figuras porque Sevilla es la plaza de mayor aforo económico cuyo reparto de costes antes de beneficios es el origen de todos estos males. De todos los ingresos brutos (taquilla, tv, copas…) la Maestranza se queda alrededor del 25% (no olviden que el 21% es IVA) antes de impuestos. Es decir, no tienen un canon fijo de arrendamiento más una participación en beneficios. Pillan antes una cantidad superior a los honorarios de las figuras contratadas. Y muy superiores a los de todas las ganaderías contratadas. ¿Cómo es posible que el espectáculo que se programa tenga un presupuesto inferior al del arrendamiento del local? Eso es medieval. La empresa Pagés, lo sabe. Pero no va a protestar porque entre bueyes no hay cornadas. Tienen la plaza asegurada de por vida y los Maestrantes ese ingreso de por vida. ¿Y aún hay alguien que duda del problema real?

     El día que los maestrantes bajen sus ‘honorarios’ a la realidad del siglo XXI, cuando sean sensibles con la realidad económica actual de Sevilla, Andalucía y España, pasemos a hablar de las figuras. Pero, primero, cuadremos con la máxima figura del toreo en Sevilla que es, muy por encima, los maestrantes. La suma de los ingresos de esta institución en las últimas décadas, es superior a la suma de los ingresos de las figuras mencionadas. Por tanto, algo tendrán que decir y hacer, pues en el toreo y en la vida, es de ley que, al que más gana es al que más se le debe exigir. Y han hecho nada más que permitir una debacle.

     Diodoro Canorea tuvo desencuentros con figuras, como cualquier empresario. Pero los problemas sistemáticos llegaron con la gestión actual y se han agravado con la crisis económica los últimos cinco años. Eduardo Canorea ya afirmó en 2004 que Morante pedía un dinero demasiado alto. A la pregunta ¿alto respecto a qué?, no respondió. Y, desde entonces, han tenido la mala costumbre de rezongar sobre lo caras que son las figuras, llegando al absurdo de afirmar que con un ‘No Hay billetes’, no ganaron dinero. Pero no dicen por qué no ganan. Porque de cada 100 euros de ingresos, a Pagés, toreros y ganaderos les llega unos 43.

     Este cainismo entre hermanos, al apretar el cinturón a toros y toreros y no a la Maestranza, es, sí, una falta de respeto a la Tauromaquia. Porque nadie dice que hay una docena larga de ganaderos a los que le tienen ‘paradas’ las corridas (no contratadas) que están ofreciendo a los toreros, a la espera de ver quién torea. Para decidirse por unas o por otras. Más de una docena para ocho puestos. ¿Eso es respetar al toro o una forma de acuñar al euro?

     Además, la Maestranza tiene una obligación con la historia, con la sociedad y su buen nombre. Son poseedores de un recinto en donde el culto al toreo y al toro es sagrado. Poseen una imagen internacional que pasa porque la plaza esté lo más llena posible, que haya los mayores éxitos posibles, se difunda mediáticamente lo mejor posible. Tienen una obligación histórica, no un negocio. Una responsabilidad pública y social, no una taquilla.

     Alguien volverá a decir que no hacen negocio, que destinan sus ingresos a obras sociales. Pero vamos hablar claro: lo que ingresan no es por el continente, sino por lo que sucede en el inmueble. Los que generan riqueza, ingresos y, por tanto, el dinero para la beneficencia, son toros y toreros y su público. Corresponde decir que es la Tauromaquia la que hace esa obra social. Pero la sociedad española y sevillana no lo saben. Como no saben que, ante este grave problema de plaza semivacía, la imagen del toreo, de Sevilla, se deteriora. Además, al facturar menos, están ingresando menos. Cuestión que hace que su dejación actual se comprenda menos. Y si los maestrantes siguen sin mover un dedo, quizá alguien comience a señalarles con el suyo. Ellos son la máxima figura en Sevilla. Muevan ficha.


*Publicado en el portal mundotoro.com

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