En las declaraciones de Eduardo Canorea hoy en la presentación de los carteles de la temporada no ha habido mensaje de reconciliación para las figuras, ni se ha retractado de las declaraciones públicas realizadas hace tres meses. El empresario decide guardar silencio y evita retractarse de sus palabras hacia las figuras que desencadenaron el actual conflicto.
Francisco Mateos.-
La presentación de los carteles de la temporada sevillana tenía el interés no tanto del conocimiento de los mismos, que ya eran conocidos extraoficialmente, sino de conocer por primera vez las explicaciones de los empresarios Eduardo Canorea y Ramón Valencia sobre el conflicto con las figuras que han dejado la temporada sevillana en un situación crítica. El propio empresario Eduardo Canorea se encargó de romper la expectación nada más comenzar la presentación: «Ramón y yo le hemos dado muchas vueltas a qué decir hoy aquí. Y creemos que de cara al futuro, no vamos a hablar sobre la parte anormal de la Feria; no nos preguntéis por los que no están porque no vamos a hablar de ellos. El silencio no ofende».
Pese a la advertencia de Eduardo Canorea, el compañero Fernando Carrasco (ABC-Sevilla), en obligación de su profesión, preguntó sobre el tema, a lo que el empresario Eduardo Canorea respondió con una de sus ocurrencias: «Podría meterme en la playa mojándome el dedo gordo, mojarme hasta las rodillas, o zambullirme por completo, pero no lo voy a hacer». Se entiende con esta singular contestación que podría hablar y tener sus argumentos para responder a los argumentos de los comunicados de los toreros, en los que acusan a los empresarios de falta de respeto y de trato continuado en los últimos años, y hasta de decidir no respetarles la liquidación pactada de sus honorarios de forma unilateral. Canorea agregó contuendente que «entiendo que la labor del periodista está preguntar libremente, pero también tenemos nosotros la libertad de decidir no responder a cualquier pregunta sobre ese tema». La periodista Rocio Amaro, de informativos Telecinco, reiteró una nueva pregunta a Canorea sobre el tema, sobre la influencia que tendría la ausencia de las figuras para la temporada sevillana, así como qué tenía que responder a las acusaciones de toreros de soberbio y prepotente, a lo que el empresario zanjó que «sobre ese tema ya he dicho que no voy a hablar. Sé que no será simpática mi respuesta, pero es la decisión que hemos tomado».
De esta forma, lejos de un esperado discurso de reconciliación, llamada la normalidad y al diálogo, e incluso de reconocimiento de culpabilidad en las desafortunadas declaraciones de hace tres meses, Eduardo Canorea ha decidido guardar silencio, sin retractarse de sus declaraciones, cuando dijo de los representantes legales de los toreros que no los representaban porque «no eran conscientes de la reaidad» y que actuaban «bajo el resentimiento» (de no haber llegado a ser figuras, se entiende), además de acusar a Manzanares, Morante, Juli, Perera y Talavante de «estar en el limbo o en la parra», así como responsabilizarles en gran parte de los caros precios de las entradas debido a sus altos honorarios. Sin embargo, esta acusación de Canorea se contradice este año, ya que sin la presencia forzada de esos toreros este año con honorarios que según su opinión provocan los altos precios, la empresa ha decidido mantener los mismos precios caros, con toreros de presupuestos muy inferiores.
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