ESCÁNDALO EN LA MAESTRANZA

Canorea, tres días después y presionado por el escándalo, pide perdón sólo a José Tomás

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El empresario de la Maestranza, presionado y obligado por el mayúsculo escándalo en el que ha involucrado a la plaza de Sevilla, emite tres días después un comunicado de respuesta a las figuras en el que llama a la cordialidad, sin llegar a pedir disculpas, salvo en el caso de José Tomás, quien precisamente está al margen del conflicto.

Francisco Mateos.-

     El empresario de la plaza de la Real Maestranza de Sevilla, tres días después del comunicado de las figuras del toreo anunciando que no volverán a torear nunca más en la Maestranza mientras Eduardo Canorea sea su empresario por las continuadas faltas de respeto, y obligado y presionado por el mayúsculo escándalo en el que ha involucrado la imagen de la plaza sevillana y sus repercusiones para la ciudad, ha decidido hacer público también un comunicado de respuesta a los toreros, aunque sin convocar rueda de prensa. En el comunicado, Eduardo Canorea da marcha atrás y llama al diálogo, aunque sin llegar a reconocer -salvo en una ocasión- que se ha equivocado; al menos, en las formas.

    El comunicado de Eduardo Canorea comete varios errores. Dice el empresario que sus polémicas declaraciones se expresaron «ante la prensa sevillana». Es falso. A este acto informativo-gastronómico no fue invitada toda la prensa sevillana -la que no fue invitada tampoco hubiera aceptado que le invitara a comer, pero sí hubiera tenido el mismo interés que los demás, y sus lectores el mismo repeto merecerían, sobre el contenido de sus declaraciones-, sino tan sólo el grupo al que seleccionó la propia empresa, vetando a varios periodistas taurinos. Para que no haya dudas, al menos los periodistas sevillanos Álvaro Acevedo y quien escribe, Francisco Mateos, no fueron convocados por Canorea. Baste recordar que el empresario que es ahora vetado por las figuras lleva cuatro años vetando a este portal, SEVILLA TAURINA, y por tanto despreciando a sus miles de lectores diarios.

     Se refiere en esta ocasión con discreto respeto a los representantes de la ‘Unión de matadores’, los toreros Juan Diego, El Fundi y Gómez Escorial, a los que se refirió hace una semana que no se podía sentar con ellos «seriamente» y que «quizás están pasando facturas de sus resentimientos anteriores», además de referirse a ellos como unos «mandados», pero en ningún momento les pide disculpas ni perdón. En este tibio comunicado de intento de cordialidad, Canorea se refiere ahora a ellos como «unos señores matadores de toros que ya no ejercen la profesión».

     Eduardo Canorea comienza su comunicado dirigiéndose a los cinco toreros de la polémica (Morante, Manzanares, Juli, perera y Talavante), pero al final del mismo se dirige a José Tomás, que no ha hecho público comunicado alguno ni está dentro de este grupo de cinco matadores. En cambio, y a pesar de que el comunicado va dirigido a estos cinco espadas, al final del mismo se dirige a José Tomás, el único al que pide disculpas, admitiendo que enviarlo a torear al Senegal fue «una expresión desafortunada».

     En ningún momento Eduardo Canorea pide disculpas por sus formas ni por el tono de sus expresiones cuando se refería, por ejemplo, a Morante, Manzanares, Juli, Perera y Talavante como que «están en el limbo, otros en la parra, y otros más allá del limbo y de la parra», además de hacerles casi únicos culpables de los altos costos de la Fiesta: «los toreros no están por la labor: en lugar de plantearse bajar sus honorarios suelen pedir más cada año. No quieren reducir ni un céntimo y algunos de ellos, sobre todo los de arriba, sí pueden hacerlo».

     El comunicado íntegro de Eduardo Canorea Pagés es el siguiente:

Sres. Morante de la Puebla, Manzanares, Juli, Perera y Talavante:

     Estas líneas son para dejar muy claro que lo expresado por mí ante la prensa sevillana el pasado 27 de noviembre no fue más que mi idea de los males que aquejan el presente de la Fiesta y la importancia de que fueran ustedes, personalmente, los que estuvieran presentes en el necesario diálogo con los empresarios y demás sectores, en lugar de unos señores matadores de toros que ya no ejercen la profesión, cuyas personas son tan respetables como las suyas y la mía.

     Al referirme a ustedes en este encuentro con la prensa mostré mi admiración por sus exitosas carreras; esto está grabado y si no lo transmitió la prensa será debido a problemas de espacio. Sólo dí mi opinión y nada más. Respeto profundamente sus personas y su oficio.

     Por otra parte, la familia Pagés-Canorea lleva más de ochenta años al frente de la plaza de toros de Sevilla y siempre ha cumplido todos sus compromisos y obligaciones con todas las partes que ha tenido que tratar, sin excepciones, y lo ha hecho desde la consideración a todo el mundo. Esta trayectoria también merece respeto.

     Los tiempos que corren son difíciles y la Fiesta lo está pasando mal, por eso les hago sentidamente un ruego: volvamos a la cordialidad que ha presidido nuestras relaciones hasta aquí y procuremos estar a la altura de las circunstancias. La empresa Pagés quiere dejar claro que la plaza de toros de Sevilla tiene sus puertas abiertas para todos ustedes. La afición lo merece y la Fiesta lo necesita.

     No quiero concluir sin decir que debí haber dejado el Senegal para los senegaleses; discúlpeme José Tomás. Ha sido una expresión desafortunada.

Eduardo Canorea Pagés


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