TAUROLOGÍA

Las cinco figuras ponen a la Maestranza entre la espada y la pared: Canorea o ellos

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El teniente de hermano mayor de la Real Maestranza, Javier Benjumea, y el empresario de la plaza, Eduardo Canorea, responsables de la plaza de toros. (FOTO: Paco Díaz)
El teniente de hermano mayor de la Real Maestranza, Javier Benjumea, y el empresario de la plaza, Eduardo Canorea, responsables de la plaza de toros. (FOTO: Paco Díaz)

«…Las torpezas y los excesos verbales de Eduardo Canorea han acabado por provocar el grave conflicto. Como llueve sobre mojado, ahora estas cinco figuras le han contestado de manera rotunda. Todo lleva a pensar que el conflicto es grave y va en serio. Al final, a los maestrantes les han colocado entre la espada y la pared…»

Antonio Petit.-

     Morante, El Juli, Manzanares, Perera y Talavante lo han podido decir más alto, pero no más claro. Mientras que la empresa Pagés se responsabilice de la gestión de la Maestranza sevillana, no vuelven a pisar aquel ruedo. Y se lo han mandado por escrito, con toda formalidad, a la Junta de Gobierno de la Real Maestranza, en cuyo tejado han situado habilidosamente la cuestión. En este caso no se pide que hagan de árbitro: le plantean directamente que elijan entre ellos y Eduardo Canorea, porque son incompatibles. Un conflicto que la ilustre Casa se encuentra encima de la mesa como consecuencia de los desatinos, sobre todo verbales, del gestor de la empresa Pagés.

     Las torpezas y los excesos verbales de Eduardo Canorea, gerente de la empresa Pagés, han acabado por provocar el grave conflicto. Después de las manifestaciones del empresario la pasada semana, cinco figuras esenciales para toda feria le han plantado cara y de forma rotunda. Morante de la Puebla, El Juli, José Mª Manzanares, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante le han dicho rotundamente «¡basta!».

     Para que no se abrigara duda alguna, el quinteto de figuras se han dirigido por escrito a la Junta de Gobierno de la Real Maestranza para manifestarle que no torearán en Sevilla en tanto la gerencia de la plaza la continúe desarrollando la empresa Pagés. Obsérvese en lo que es mucho más que un matiz: no dicen Eduardo Canorea, sino que se refieren a la empresa Pagés. O lo que es lo mismo: están diciendo que no les manden en el oficio de ‘hombre bueno’ a Ramón Valencia, el segundo de a bordo.

     En concreto, el comunicado conjunto dice lo siguiente:

«El presente comunicado representa a los diestros José Antonio ‘Morante de la Puebla’, Julián López ‘El Juli’, José María Manzanares, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante. Comunican a la afición que no actuarán en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla bajo la contratación de la empresa Pagés. La Junta de Gobierno de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla ya tiene conocimiento de esta difícil decisión y de sus razones, decisión que solo pretende que esta plaza recupere su identidad y se respete a los toreros y a sus representantes».

     Esta es la respuesta a los desafortunadas manifestaciones de Canorea, cuyas torpezas vienen de antiguo. En aquella rueda de prensa, después de que Ramón Valencia hablara de su interés por contar en la feria sevillana con José Tomás, Canorea no tuvo mayor ocurrencia que decir: «Si quiere venir, viene; pero si va a cantar la canción ´Quiero la recaudación´, que se vaya al Senegal».

     Antes, Canorea no se había andado con miramientos a la hora de criticar a las figuras. Y entre otras cosas vino a decir: «Los toreros no están por la labor, en lugar de plantearse bajar sus honorarios suelen pedir más cada año». Pero es que con anterioridad tampoco se había andado con diplomacias: «¿Tú te crees que me puedo sentar seriamente a hablar con los toreros si los que tengo delante son Juan Diego, El Fundi y Gómez Escorial?». Y a continuación añadió: «No puedo llegar a un acuerdo con gente que no se juega nada ya. ¿Dónde está Manzanares? ¿Dónde está Julián López, Morante, Talavante, Perera?».

     Como llueve sobre mojado, ahora estas cinco figuras le han contestado de manera rotunda. La verdad es que no se entiende qué sentido tenía que Canorea menospreciara de esa forma el papel de tres miembros de la junta directiva de la Unión de Toreros, como tampoco parece lo más adecuado que arremetiera contra todos los sectores taurinos, sin tocar, claro está, al empresariado, entre el que se dan no poco abusos que son denunciables.

Un papelón para la Real Maestranza

     El conflicto provocado por Canorea en realidad acabará por ser una fuerte andanada a la Junta de Gobierno de la Real Maestranza, en cuyo tejado han situado habilidosamente los toreros la cuestión: los maestrantes tienen que elegir entre mantener a la empresa Pagés o contar con ellos para la Feria. Una espinosa elección.

     Como se sabe, la gestión de la plaza de la Maestranza la lleva desde hace décadas la empresa que en su día fundara don Eduardo Pagés. Con el correr de los años luego pasó a su yerno, Diodoro Canorea, y de éste a su hijo Eduardo, que ya es la tercera generación al frente de esta plaza, con el auxilio de Ramón Valencia, que ya ejercía de segundo en la etapa anterior.

     La empresa familiar ha pasado por muy diversas vicisitudes. Y así hay que recordar cómo durante una serie de temporadas tuvieron que acudir al auxilio primero de Manolo Chopera y luego de la casa Balañá, ante el desbordamiento económico. Pero las cuentas se recuperaron y de nuevo volvieron a su carácter independiente. Incluso tuvieron sus veleidades con la plaza de Madrid, en unión de Martín Berrocal, en una etapa negra para Las Ventas.

     Ahora se ven envueltos en un conflicto, cuyo resultado final es imprevisible. Desde luego, si las cinco figuras -que son del todo imprescindibles para el abono sevillano- mantienen su ultimátum, la Feria resultaría taurinamente insostenible. Pero si la Real Maestranza desautoriza a Canorea y trata de disolver el contrato de explotación, la situación no es mucho menos dificultosa para la ilustre Corporación.

     En cualquiera de los casos, a los maestrantes se les coloca en una posición complicadísima, de las que no se arreglan con simples comunicados. Todo lleva a pensar que el conflicto es grave y va en serio. La solución, por ello, no podrá ser de una pura componenda. Sin tener arte ni parte, al final a los maestrantes les han colocado entre la espada y la pared. Bien parece que el papel de un ‘hombre bueno’ va a cotizar al alza en las próximas semanas.


*Publicado en la web ‘taurologia.com’.

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