Guerras que vienen de lejos

Memoria, memoria

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El Juli pasea en silencio y en soledad por una Maestranza vacía.
El Juli pasea en silencio y en soledad por una Maestranza vacía.

«…Recuerdo el año redondo de Perera que concluyó con una tarde heroica y sangrienta ante seis toros en Las Ventas. Aquel 2008 rayaría en unos números rotundos. Tras un invierno durísimo por la cornada de Madrid, Fernando Cepeda y su poderdante optaron por desestimar la oferta de cuatro tardes en Sevilla porque la llamada llegó tarde, o el apetecido Domingo de Resurrección ya se había completado. La historia del orden de las llamadas se repite…»

Zabala de la Serna.-

     Durante la reivindicación de los derechos audiovisuales del G-10 que derivó en guerra, se ha deslizado entre las alambradas una culebrilla: se contrata a las figuras de las empresas y se castiga a las de los apoderados independientes. La bicha, así como quien no quiere la cosa, lleva un venenillo que menoscaba los méritos de José María Manzanares y Alejandro Talavante, los dos toreros que subieron en los ruedos más enteros en 2011. Uno directamente a la cumbre como triunfador absoluto, el otro a una posición de privilegio que doce meses atrás no ocupaba. La afirmación de los propios compis del G-10 de que se les contrata por estar representados por empresarios, que lo están, es un olvido parcial y sibilino que atenta contra la memoria.

     Curro Díaz arrastró durante toda la temporada la cornada abrileña de Sevilla. Perdió el tren de Madrid, pero remontó con su pierna maltrecha y una prótesis todas las trabas. Sin una mueca de dolor, sin un mal gesto, callado y en silencio. Volvió a la Maestranza por San Miguel y dejó la huella de su toreo en un triunfo que recompensaba todos los sinsabores. El 25 de septiembre de 2011, para los olvidadizos. Ahora, al hombre, libre de cualquier marca, fuera de todo grupo, se le ocurre pedir dos corridas en feria y Eduardo Canorea, a lo peor con el cable ya pelado de tanta guerrilla, le ofrece Fuente Ymbro y un ‘lo tomás o lo dejas’ sin azucar. Absurdo además de injusto cuando el serial se ha quedado huérfano de nombres, plano como folio y encima combinado con las manos de un ‘barman’ de dudoso gusto.

     Recuerdo el año redondo de Miguel Ángel Perera que concluyó con una tarde heroica y sangrienta ante seis toros en Las Ventas. Aquella temporada de 2008 rayaría en unos números rotundos. A fuer de hacer memoria, repesco una faena en Valladolid colosal y otra al toro -¿‘Pelícano’?- de Fuente Ymbro en Pamplona. Hubo un momento en que Perera agotó los adjetivos. Pasada la hoja del calendario, tras un invierno durísimo de complicaciones por la cornada de Madrid, Fernando Cepeda y su poderdante optaron por desestimar la oferta de cuatro tardes en Sevilla porque no le habían llamado el primero, o la llamada se había producido tarde, o el apetecido Domingo de Resurrección ya se había completado.

     La historia del orden de las llamadas se repite. Roberto Domínguez ha reconocido en ‘Aplausos’ que a Juli se le telefoneó «tarde y con escaso interés». A El Juli, a quien como líder del G-10 se le consideraba ‘cabeza de turco’, víctima propiciatoria de un ‘complot’ por las surrealistas negociaciones de All Sport, se le ofrecía el Domingo de Resurrección, la corrida de Garcigrande y no sé que otra. Se puede llegar a entender la soberbia de una figura consagrada del toreo como Julián, máxime después de la tarde sevillana de 2011 que quien escribe tituló como ‘Puerta del Príncipe al más grande lidiador de la época moderna’. Y de ahí que dijese, en la cúspide del orgullo, que no iba a torear. Desde la intuición o el conocimiento de que se tomarían represalias con otros compañeros, cual liberado sindical.

     Sin embargo, el orgullo no contó en el mes de enero, ni para Roberto ni para Juli, para levantar el teléfono rojo a México y pedir, sin que los hubieran llamado ni tarde ni nunca, desde los lejanos, olvidados y tímidos contactos de junio con la empresa de Bailleres, que los contratasen para la Feria de Aguascalientes. Entonces a nadie se le cayeron los anillos de máxima figura del toreo. Y a ‘Aguas’ no va Perera. No hay represalias ni escarmientos ni lecciones. Simplemente memoria.


*Zabala de la Serrna es periodista taurino. / Publicado en el blog taurino ‘La hora de la verdad’ de El Mundo.

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