José María Manzanares ha hecho historia en Sevilla indultando al tercer toro de Núñez del Cuvillo. El diestro de Alicante, con su antológica obra de arte, ha hecho enloquecer a la Maestranza. Morante de la Puebla sólo lució su carisma con dos soberbias verónicas y la media. Mientras que Aparicio se mostró opaco y desconfiado.
Manuel Viera.- La historia del toreo se explica con palabras, pero únicamente es posible entenderla a través de tardes como esta. Manzanares y ‘Arrojado’, un toro bravo, bonito de hechuras, negro mulato y herrado con el número 217, se encontraron para seguir haciendo juntos historia viva del toreo y de… Sevilla. Eterna debería ser la vida del ‘núñezdelcuvillo’ en la dehesa gaditana, y eterna debería ser la magnífica obra de José María Manzanares marcada ya, desde hoy, con el sello de la inmortalidad. |
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Y así, ante la bravura deseada y soñada, Manzanares manifestó su tauromaquia con un toreo solemne que alcanzó en muchos momentos la categoría de sublime. Un toreo con el que agotó el significado de la palabra arte. Sea como fuere, esta forma de torear casi mágica hizo extasiar de gozo hasta los espíritus menos sensibles. Enloqueció la Maestranza y se sensibilizó Sevilla con un toro, muy bravo en las telas aunque con algún ‘matiz de mansedumbre’ durante la lidia, que dirían los puristas. De todas formas, no cabe mayor elogio para una faena en la que se descubrió la génesis de la creación que mueve al artista a tomar las telas y torear.
Manzanares interpretó el toreo de forma deslumbrante y apasionada, sabedor de que estaba haciendo historia. El indulto estaba en sus manos, y decidido a conseguirlo mostró su mejor tauromaquia con la misma ‘bravura’ con la que el toro de Núñez del Cuvillo mostró la suya.
El toreo de Manzanares encontró su máxima inspiración en la mano derecha. Una colección de lentísimos pases diestros sirvieron para definir una faena con la que paró el tiempo. Pasmosa lentitud en cada uno de los muletazos que se hilvanaban unos a otros sin solución de continuidad. Y los remates. Y los pases cambiados. Y los adornos del pase por bajo, trinchera y molinete. Todo integrado en una sorprendente obra maestra que parecía no tener fin, y en la que también el natural, largo, hondo e infinito sintonizó con la extraordinaria faena en la que además mostró alguna que otra pincelada con duende, y secuencias del más genuino arte de torear. La plaza en pie pidió larga vida para ‘Arrojado’ que, mil veces más le hubiese citado, mil veces más hubiese seguido la muleta con nobleza y extraordinaria fijeza.
Ante la bravura deseada y soñada, Manzanares manifestó su tauromaquia con un toreo solemne que alcanzó en muchos momentos la categoría de sublime. Un toreo con el que agotó el significado de la palabra arte. Sea como fuere, esta forma de torear casi mágica hizo extasiar de gozo hasta los espíritus menos sensibles. Enloqueció la Maestranza y se sensibilizó Sevilla con un toro |
El indulto de ‘Arrojado’, el bravo toro de Núñez del Cuvillo lidiado en tercer lugar, fue el momento cumbre de la tarde. Justo o no, lo ocurrido hoy en Sevilla ha sido la simple demostración de que la Fiesta, pese a prohibiciones y ataques, pese a las tunanterías de muchos de los que viven de ella, sigue estando más viva que nunca. Esta tarde en Sevilla, con sólo el talento y la inspiración de un fenomenal torero y una simple demostración de la bravura, la Fiesta de los toros ha vuelto a ser grande para así seguir siendo eterna.
Pero faltaba aún más. La faena que firmó Manzanares al noble y bravo sexto fue esplendida, de arrebato, de ambición… La pulcritud técnica, la cadencia, el empaque, la transparencia, la belleza del trazo, la categoría del natural, la refinada ligazón… todo esto completó otra obra antológica que firmó con toda la fuerza de su afilada espada. |
El toreo carismático de Morante de la Puebla se mostró sólo al quitar el primer toro de Aparicio. Dos lentas y sensacionales verónicas, y media, hicieron crujir la Maestranza. Después, poco más. Al sobrero de Núñez del Cuvillo, lidiado en segundo lugar por devolución del titular, lo toreó a derechas con su acostumbrada genialidad. No lo hizo igual con la izquierda, por donde el toro le apretó y no supo colocarse. Con el quinto, un toro cambiante en su comportamiento que se quedó parado en los inicios de faena, desistió de inmediato. A ambos mató mal.
Julio Aparicio, que fue duda hasta el último momento en boca del público, compareció sin estar después. Unas verónicas en el quite a su primero sobresalen de una labor opaca, desconfiada y sin sitio en sus dos toros. Mejor que no hubiese venido.
AL NATURAL |
Los toros que la empresa no quería comprar
Francisco Mateos.-
Llevábamos cinco temporadas, cinco, sin poder ver en la Maestranza a los toros de Núñez del Cuvillo. Llevamos también cuatro años, cuatro, sin ver los toros de Victoriano del Río. Son las ganaderías de mayor regularidad y éxitos de los últimos años. Y llevamos tres años, tres, sin ver a José Tomás desde que decidiera reparacer. Y como diría el ínclito Mou madridista, preguntando en la rueda de prensa al árbitro tras la expulsión de Pepe: ¿Y por qué? Pues eso le pregunto yo a los emrpesarios Eduardo Canorea y Ramón Valencia: ¿Y por qué? ¿Por qué se les ha privado a los aficionados sevillanos, que pagan una de las entradas más caras de cualquier plaza del mundo, de la ganadería más destacada y del torero más seguido y deseado? ¿Por qué todas las demás plazas sí pueden contratarlo y Sevilla no? ¿Por qué esos palpables desencuentros, siempre a la gresca con los de ‘arriba’: Victoriano del Río, José Tomás, Cuvillo,…? ¿Por qué esas declaraciones siempre desagradables cuando se pregunta por estas sonadas ausencias año tras año de los carteles sevillanos? «No voy a hacer declaraciones ni publicidad de una ganadería que no me paga por ello», espetó Canorea a un compañero de prensa cuando hace tres temporadas le preguntó por la ausencia -un año más- de Cuvillo. |
¿Por qué se les ha privado a los aficionados sevillanos, que pagan una de las entradas más caras de cualquier plaza del mundo, de la ganadería más destacada y del torero más seguido y deseado? ¿Por qué todas las demás plazas sí pueden contratarlo y Sevilla no? |
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Sevilla, su plaza, su afición, su categoría, el buen dinero que pagan los aficionados merecen lo mejor de lo mejor. Y no es de recibo que la empresa haya castigado a los abonados y aficionados con cinco años ‘secuestrados’ los toros de Cuvillo, los de Victoriano del Río y el toreo de José Tomás. Lo sucedido esta tarde en la Maestranza, al margen de consideraciones más o menos técnicas sobre la legitimidad de indulto al toro de Cuvillo, ha sido una demostración de que la empresa no ha actuado estos años en beneficio de la afición sevillana, privándole demasiados años del espectáculo de los toros de Cuvillo, porque la corrida de Cuvillo ha servido prácticamente entera, ya que ni Aparicio ni Morante han tenido su día. Y la última vez que había lidiado Cuvillo en Sevilla se le cortaron cinco orejas; ayer -con dos toreros en penumbra-, cuatro orejas y un indulto…
Ahora sólo cabe que la lección haya servido y que el año próximo en la Maestranza esté Cuvillo, Victoriano del Río y José Tomás. Si se cobra caro, hay que ofrecer lo mejor. |
LA CORRIDA, AL COMPÁS |
El indulto de sonaja
Fernando Naranjo.-
Hoy valiente el ‘Giraldillo’ Hoy torea Manzanares, Sigue tú pa’ Bajo Guía Pues Morante de tu Puebla, |
Esta rubia sacristía, ¿Sevilla se ha vuelto loca? Dictando decreto inculto |
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GALERÍA GRÁFICA (Matito) |
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GALERÍA GRÁFICA (Paco Díaz / toroimagen) |
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LAS OTRAS IMÁGENES |
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PUERTA DEL PRÍNCIPE |
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