Toreros cofrades

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La relación entre los toreros y las hermandades y cofradías sevillanas es íntima. La Semana Santa acaba el Domingo de Resurrección, dando paso a la Fiesta en el albero sevillano. Muchos toreros han mantenido especial vinculación con hermandades sevillanas.

Ignacio Cossío.- 

     ¡Ay, Domingo de Resurrección! Puente entre rosarios y estoques. Los perfumes de azahar, claveles, lirios, incienso y cera quemada se entremezclan y dan comienzo, con la resurrección del Señor, a la temporada taurina de la ciudad. Las cometas y los tambores de los pasos de Cristo y las bandas de música de los de la Virgen se confunden con los pasodobles del maestro Tejera. El crujir de la madera de la trabajaderas, el andar racheado en el arrastre de las zapatillas de esparto, la voz del capataz, el palermo del diputado de tramo, el repique de las bambalinas contra los varales y el ruido del silencio llega a su fin.

  Nazarenos en la Maestranza.

     La Hermandad del Baratillo, sita en el antiguo monte del mismo nombre. Barrio en el que de antiguo dominaba el lumpen, situado en extramuros de la ciudad, sobre un monte de estercoleros, conocido como Monte del Baratillo,y donde se llevaban a cabo los trueques entre los fascinerosos, según nos cuenta Cervantes en su ‘Rinconete y Cortadillo’. La Real Maestranza tiene carta de Hermandad con la del Baratillo es decir, están hermanadas ambas Corporaciones desde hace siglos, si bien formalizaron dicha situación en 1991. Por ello, desde hace muchos años ‘organiza’ parte de la cofradía todos los Miércoles Santo en las instalaciones de la plaza de toros. En la capilla de la plaza de toros de la Maestranza hay tres azulejos donde rezan los toreros, uno es de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, otro de la Santísima Virgen de la Esperanza (Macarena) y el último de María Santísima de la Caridad de la Hermandad del Baratillo; y de ahí que a las cuatro de la tarde de todos los Miércoles Santo, la Hermandad del Baratillo celebra una misa en la capilla de los toreros de la plaza.

     El diestro sevillano José Delgado-Hillo ‘Pepe-Hillo’ le regaló una imagen de San José, actual titular de la Hermandad y fueron posteriormente hermanos como él del Baratillo otros toreros y así el mexicano David Silveti, sobrino de Juan que viene todos los años a Sevilla para salir todos los Miércoles Santo; Manuel Díaz ‘El Cordobés’ y Manuel Álvarez ‘El Andaluz’, que regaló una saya a la Virgen de la Caridad, que es además desde 1939, la patrona de la vejez del toreo. En la confluencia de las calles Adriano con Antonia Díaz, actual sede de una entidad financiera, se encontraba a la intemperie el lienzo del ‘Cristo del Baratillo’, que por cierto nada tenía que ver con el que actualmente procesiona (es un Señor con la cruz a cuestas -nazareno- del XVIII) y al que ahora se le rinde culto en una hornacina en la hermandad, a modo de preciosísima capilla barroca, literalmente incrustada en la plaza de toros.

     De la vieja Hermandad de San Bernardo, conocida como ‘la de los toreros’, fueron hermanos Joaquín Rodríguez ‘Costillares’ y Francisco Arjona Herrera ‘Cúchares’, que murió siendo Hermano Mayor y está enterrado bajo el altar del Santísimo Cristo de la Salud. Más recientemente fue Hermano Mayor de la citada Hermandad durante los años 1958 al 1964, nuestro Manolo Vázquez, el cual regaló a la Santísima Virgen su traje de alternativa, con el que se le confeccionó una saya de color blanco que luce la tarde del Miércoles Santo en su salida procesional, así como los broches de los faldones del paso de palio que se confeccionaron con los ‘machos’ de dicho traje de luces. A la citada Hermandad han pertenecido como hermanos todos los Vázquez , Diego Puerta, José Claro ‘Pepete’, y Manolo y Pepe Bienvenida, habiendo sido éstos últimos distinguidos como Hermanos mayores honorarios de la Corporación.

     De la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y de María Santísima de la Esperanza Macarena, José Gómez Ortega ‘Gallito’, ha sido el cofrade quizá más significativo de todos los toreros, llegando a ser consiliario de la Junta de Gobierno de dicha Hermandad. Regaló a la Virgen las cinco flores de esmeraldas verdes que, temblorosas, lleva sobre el pecho. Ostentaba ese cargo cuando lo mató ‘Bailaor’ en Talavera. Se cuenta que en una ocasión mató seis novillos en la Real Maestranza en el año 1912, para ‘costear’ a la Macarena su actual corona de oro. Cuando estaba en Sevilla no dejaba un día sin ver a la Esperanza.

Joselito, vestido de nazareno de la Hermandad de la Macarena.

El Baratillo y San Bernardo son las ‘más toreras’, aunque otras como la Macarena, la Esperanza de Triana o el Gran Poder cuentan con especial devoción taurina


La Macarena, vestida de luto por la muerte de Joselito 'El Gallo'.

     Los funerales de Joselito no fueron en la Catedral porque no se podían celebrar nada más que por el Papa, por los cardenales o por los reyes y aunque el canónigo, Juan Francisco Muñoz y Pabón, expresó al Cardenal y Arzobispo de Sevilla, Enrique Almaraz y Santos, que José era el «papa» del toreo, el «rey» de la lidia y el «príncipe» de la tauromaquia, el prelado -al parecer poco taurino- dijo que «ni hablar» y por ello -se dice- se celebraron en San Gil. La Macarena vistió de negro luto como expresión del dolor del pueblo. Esta fue la primera ocasión en la que se la Santísima Virgen fue vestida de negro. Muchos más han sido los toreros y ganaderos que han sido miembros de la Hermandad de la Macarena y así entre otros, los Martín Vázquez, Sánchez Mejías, Pablo-Romero, Miura, llegando incluso Eduardo Miura Fernández a ser Hermano Mayor, en el periodo comprendido entre los años 1969 y 1976.

     Sin embargo la Hermandad que ha tenido, más toreros en su ‘nómina’ siempre ha sido la del Gran Poder y así Luis Fuentes Bejarano, Cayetano ‘El Niño de la Palma’ (hijo), Rafael Ortega ‘Gallito’, Tomás Campuzano, El Gordito, Manolo Vázquez, Rafael Torres,… son toreros hermanos del Gran Poder, el ‘Señor de Sevilla’. No puede decirse sin embargo que dicha Hermandad sea la más torera, sino que el Señor del Gran Poder tiene una gran devoción entre el pueblo, y es por ello por lo que hubo y hay muchos toreros hermanos de dicha Hermandad.

     Se recuerda aún la Oreja de Oro que ‘Cagancho’ logró en México y donó a Nuestro Padre Jesús del Gran Poder. Todos rememoran que ‘Chicuelo’ también era muy devoto de dicha imagen. Rafael Ortega ‘El Gallo’, que se amortajó con la túnica de la citada Hermandad, y cómo no el diestro Francisco Rivera ‘Paquirri’ y la cantante Isabel Pantoja contrajeron matrimonio en la Basílica donde se venera la sagrada imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder.

     Antonio Ordóñez llegó a ser Hermano Mayor de la Hermandad de la Esperanza de Triana desde el año 1978 a 1982 y también cofrade muy destacado, como su hermano Alfonso, de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo. Su nieto Francisco Rivera Ordóñez es miembro de la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Esperanza de Triana e incluso el diestro trianero y hermano de la citada Hermandad Emilio Muñoz salió de costalero en alguna ocasión.

     De Francisco Rivera ‘Paquirri’ se cuenta que estaba rezando sólo al Cristo de las Tres Caídas y cuando le dijeron que se había dirigido sólo al Cristo, dijo: «¡No! Yo le pido al Señor que me proteja y luego si salgo bien le doy gracias a la Madre». Otro gran cofrade de esta hermandad fue el querido por todos Manuel Álvarez ‘El Andaluz’.

     Otras cofradías cuentan entre sus miembros con relevantes diestros, y así la de la Esperanza de la Trinidad con Manolo González; la del ‘Cachorro’, con los Belmonte, Campuzano o Curro Romero. Como curiosidad destacamos que éste regaló su último traje de torear a Nuestra Señora de Gracia y Amparo de la Hermandad de los Javieres; de la de Montesión llegó a ser Carlos Arruza, que le regaló un rosario a la Virgen y Antonio Chaves Flores; de las Siete Palabras Pepe Luis Vargas; de los Gitanos, Francisco Vega de los Reyes ‘Gitanillo de Triana’ y todos los Puya, sobre todo Pepe, llegando a ocupar este último el cargo de mayordomo en la Junta de Gobierno de la Hermandad.

     Nada puede extrañamos de lo anterior, pues acaso la Semana Santa y los toros tienen en común una sublime exaltación de la muerte. ¿Qué sentido tiene la vida sin un bello morir? En la plaza y en la calle, la mirada del público se detiene y se recrea en la exultante belleza fruto de la agonía, en las formas soberbias, en la estética del llanto y de la gloria, del sufrimiento y del éxito que marcan sobremanera el carácter de nuestra tierra y por ende de la Fiesta; de ahí esos hilos variables que conectan la Fiesta con las Hermandades y Cofradías de Sevilla.

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